Tragedias en la via

Author Pablo Alberto Valenzuela Category ,


Una de las ventajas del ferrocarril frente a otros medios de transporte es la seguridad que representa viajar en tren. Los pasajeros muertos o heridos en accidentes ferroviarios son considerablemente menos en comparación a las víctimas de accidentes carreteros. Sin embargo, cuando los accidentes ocurren, al igual que con los aviones, el daño económico y personal puede llegar a ser bastante considerable.
Si de cantidad de víctimas se trata, en orden cronológico tenemos: 17 de julio de 1955, 45 muertos y 50 heridos; 14 de febrero de 1956, 23 muertos y 198 heridos; y 14 de febrero de 1986, 58 muertos y 510 heridos.

San Bernardo: Escenario del dolor
El 17 de julio de 1955, hace casi 52 años, a las 8.55 hrs, la locomotora Mikado ?42 que arrastraba un tren de pasajeros con destino a Pichilemu, embistió al último coche del convoy número 3 con dirección a San Rosendo. Éste se encontraba detenido en la estación a la espera de tener vía libre hacia el sur.
Dos coches de tercera clase, en los que viajaban numerosos comerciantes con canastos y paquetes, quedaron totalmente destruidos producto del fuerte impacto.
Sobrevivientes de la tragedia que conmovió al país aseguraron que el número de muertos podría haber sido mayor, pues muchos de los pasajeros ya aburridos por la larga espera habían bajado de los coches a esperar en el anden de la estación.
El convoy 11, causante de la colisión, era conducido por José René Peña González, quien declaró haber visto luces verdes en las señales de entrada de la estación. Dijo que producto de la espesa neblina, solo se dio cuenta de la presencia del otro tren a pocos metros, por lo que no pudo frenar a tiempo.

Camino a Cartagena... camino a la muerte

Siete meses después del accidente de San Bernardo, el 14 de febrero de 1956, un nuevo choque ferroviario causa conmoción nacional. Esta vez el escenario fue a 7 kilómetros de Santiago, por el ramal a Cartagena y el saldo fue de 23 muertos y 198 heridos.
La colisión fue similar a la de 1955 y ocurrió cuando el tren embistió a un convoy excursionista, que había salido 12 minutos antes, frente al sector de Cerrillos. La máquina virtualmente se incrustó en el último coche de tercera clase del tren excursionista, que era de madera y que quedó convertido en astillas.
La mayoría de las víctimas viajaban en el coche de tercera, mientras que los ocupantes del otro tren prácticamente no resultaron lesionados. Al sitio de la tragedia se apersonó el presidente de la epoca, Carlos Ibañez del Campo, quien ordenó la inmediata investigación de lo sucedido.
Según la prensa de aquellos años, ambos accidentes fueron causados por fallas humanas, ya que podrían haberse evitado si ante la eventual detención del convoy, el conductor hubiese dado oportunas señales de advertencia.

Queronque... el que la lleva
Pero hablar de accidentes ferroviarias nos transporte inmediatamente a la tarde del 17 de febrero de 1986, exactamente 30 años después del choque de Cerrillos, cuando tres automotores AES protagonizaron el peor accidente que la historia ferroviaria recuerda hasta ahora.
Un tren expreso que se dirigía hacia Santiago, en múltiple, y otro proveniente de Los Andes chocaron de frente a unos 5 kilómetros de Limache.
El saldo es por todos conocido y los sucesos han sido muchas veces comentados: 58 muertos y 510 heridos en la peor tragedia ferroviaria en vías chilenas.

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Referencias: Prensa de febrero de 1986
Imágenes: Arriba: Accidente de Cerrillos en 1956 y abajo: AES, accidente de Queronque en 1986

1 comentarios:

Anónimo dijo...

queria saber los nombres de conductores en el choque de tren que ocurrio en 14 febrero 1956

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