Economía, sustentabilidad y sueños

Author Pablo Alberto Valenzuela Category ,

Hola a todos

Siempre que doy mi opinión con respecto a la administración y explotació de los trenes se me ha tratado "como alguien que tiene una mentalidad de economista" pues es cierto que destaco bastante el tema de la rentabilidad en los servicios, no obstante, siempre hago el alcance entre la rentabilidad económica y la rentabilidad social, está última prioritaria en el caso de EFE en particular por el hecho de ser una empresa pública. Pero ojo, prioritaria, que no es lo mismo que exclusiva o excluyente.

Ahora bien, para intentar sacarme ese cartel de economista, oal menos suavizarlo, pues no soy economista ni estudio economía, me gustaría abordar el tema de los servicios ferroviarios desde otro punto de vista: la sustentabilidad que pueden tener. Con esto también estaré incluyendo a servicios turísticos o de carga y no solo a aquellos servicios "comerciales" de EFE.

En primer lugar, sí, soy aficionado y es cierto que me gustaría ver trenes para todas partes, servicios turísticos, de pasajeros, de carga; llenos de personas viajando felices y llegando puntualmente a sus destinos. Es el sueño que cualquier aficionado a este noble medio de transporte tiene. Sin embargo, hay una frase del gran sociologo alemán, Max Weber, que puede servir mucho para hacer un análisis un poco más frío de la situación: Podemos soñar, pero no perdamos de vista nunca la realidad factual. Y claro, es un hecho que la realidad actual y el contexto en el que EFE y los trenes en Chile se encuentran insertos dificulta mucho el camino para que los ferrocarriles retomen el esplendor de antaño.

En segundo lugar, es necesario hacer el alcance sobre la rentabilidad social, pues existe una confusión que se ha producido debido a las, a mi juicio mal llamadas, políticas sociales, que son aquellas orientadas a los sectores de la población con menores ingresos. Pero en el caso de "rentabilidad social" me refiero a aquellas políticas que benefician a la sociedad y que si bien tienen un retorno económico inferior o incluso no lo tienen, los beneficios que pueden generar a la sociedad en su conjunto justifican la realización de las inversiones por parte del Estado. Esto hace la gran diferencia entre una empresa pública y una empresa privada, por cuanto en las empresas que no son del Estado siempre deberá primar el beneficio económico para justificar la inversión, en cambio las empresas estatales deberán también tomar en cuenta el beneficio que le generan a la sociedad, siguiendo una de los objetivos del Estado consagrados en la Constitución Política: el bien común.

Ahora bien, sustentabilidad lo podemos entender, en este caso en específico, como la capacidad que tienen los servicios para mantenerse a lo largo del tiempo, tomando en cuenta que son operados por una empresa pública, los criterios para evaluar la sustentabilidad de estos son su rentabilidad social, económica y el impacto social que pueden tener. Es decir, englobamos los tres conceptos que he mencionado en la parte de arriba en un solo. No obstante, creo que es posible evaluar separadamente cada concepto, veamos.

Por un lado, un servicio será sustentable cuando la cantidad de pasajeros que lo utilicen se mantenga a lo largo del tiempo o aumente. Un ejemplo claro de esto es el servicio Victoria-Puerto Montt, no fue sustentable por cuando la cantidad de pasajeros fue sumamente alta durante el verano pero bajó drásticamente al llega el mes de marzo. No obstante, se descubrió un servicio que sí es sustentable: Victoria-Temuco, donde la cantidad de pasajeros ha sido constante y el servicio se ha podido mantener. En este punto creo que no importa que tantos réditos económicos puede entregar el servicio, ya que estamos hablando de una empresa pública que debe necesariamente tomar en cuenta el bien de la sociedad y el impacto positivo que genera en ésta. También hay que tener en claro que para evaluar los servicios son necesarias varas diferentes, por cuando la realidad en la que circula el buscarril es diferente a la realidad de metrotren. Así tenemos que el metrotren es socialmente rentable porque si no existiera se deberían inyectar 7.4 buses por cada UT lleno que sale de Alameda, como son 27 servicios diarios por sentido, estamos hablando de casi 400 buses menos circulando por las carreteras, eso denota el enorme beneficio social que Metrotren genera: menos contaminación, menos congestión y menos desgaste en las carreteras. Luego, las inversiones en metrotren, mirándolas con este prisma, son altamente justificables aún cuando el servicio no entregue utilidad neta.
Por su parte, podemos decir que el buscarril Talca-Constitución es socialmente muy rentable, por cuando de no existir muchas personas quedarían aisladas y sin acceso a Constitución o a la capital regional, por tanto, también es justificable una inversión ya que produce un alto impacto social positivo.

Ahora, si lo veo desde el lado negativo, podría decir que el servicio a Temuco no es sustentable a lo largo del año (lo cual no significa que durante el verano no lo sea) por cuando la cantidad de pasajeros que lo usa es apenas una mínima parte de los que viajan en bus y si el tren no existiera los buses podrían perfectamente absorber la demanda del tren. Luego, el impacto social que generan es mínimo. A diferencia de los otros dos servicios que mencioné.

Ahora, puede que un servicio no viaje siempre lleno o que de no existir no pase nada y los otros medios de transporte absorban correctamente la demanda, que es lo que creo sucede con el Tren a Chillán, no obstante, el servicio a Chillán es una alternativa para llegar a la ciudad de O'higgins más cómoda y rápida que el bus, donde intervienen otras variables a la hora de hacer la elección para usarlo. No es único como el buscarril ni tampoco su ausencia generaría un colapso en las carreteras con cientos de buses o autos adicionales, no obstante, su operación no genera altas pérdidas y si se gestiona de mejor forma puede alcanzar equilibrio operacional. Por tanto, es un servicio sustanble por no es una debacle económica, pese a que el impacto social que genera no es tan elevado.

En suma, no todo ha de ser evaluado desde la perspectiva económica, por cuanto los trenes no son rentables, lo que se debe priorizar es el impacto social positivo que generan los servicios y no necesariamente la cantidad de utilidades que pueden reportar, aunque si el impacto social y la rentabilidad económica son negativos, no hay nada que hacer, se pierde mucha plata y el impacto social no justifica esa pérdida.

En conclusión, un servicio puede ser rentable social o económicamente, pero lo más importante es que sea sustentable a lo largo del tiempo, que la gente lo siga usando, que los costos de operación se mantengan bajos. Puedo querer ver trenes en todas partes y surcando toda la geografía chilena, pero es un hecho que los ferrocarriles no funcionan con agua ni con aire y si no hay plata para moverlos dificilmente podremos mantener un servicio y tampoco podremos justificar su mantención aún en un escenario económico adverso si los coches van vacíos.

Saludos a todos

Pablo Valenzuela

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