El terremoto del pasado 27 de febrero le trajo nefastas consecuencias al sistema ferroviario en Chile, pues a diferencias del sismo de 1985 que afectó principalmente a la región metropolitana y a la quinta, el terremoto pasado dio un golpe en pleno corazón de las líneas, dejando en condiciones de no operar muchos kilómetros de líneas, desplazando otros cuantos, dañando varios puentes y, en definitiva, obligando a suspender servicios por razones de seguridad. El año 85 el servicio funcionó con muchas demoras, pero no se interrumpió.
Quizás varias sean las causas de esta diferencia. Hace 25 las vías férreas cumplían un rol diferente al de hoy, derruidas y poco mantenidas, la línea troncal Alameda-Puerto Montt era la columna vertebral del transporte, las carreteras eran precarias y los servicios de buses, al menos hacia la zona sur, no se habían desarrollado todavía. Mucha gente, después del sismo, uso los trenes para trasladarse fuera o hacia las zonas que fueron golpeadas por el terremoto. Asimismo, la cobertura y extensión de los trenes hizo que estos también se usaran para distribuir ayuda, en algunos carros bodega todavía es posible leer cosas tales como "Osorno ayuda al norte".
Según estimaciones preelimanares, el costo para EFE alcanzaría 49 millones de dólares y la reparación estaría completa, al menos para operar trenes, el 11 de mayo, con una habilitación gradual de tramos que se ha hecho desde un par de días pasado el terremoto, principalmente para operar trenes de carga. Lo bueno en todo caso es que pese a impresiones iniciales que hubo todos los tramos que operaban hasta antes del terremoto serán reestablecidos, incluso el dañado ramal Talca-Constitución.
Sin embargo, creo necesario hacer notar otros coletazos que podría sufrir EFE a raíz de la catástrofe. En primer lugar, aparece la reasignación presupuestaria que el gobierno de Sebastián Piñera está evaluando para financiar parte del fondo de reconstrucción, en la ley de presupuestos hay 36 mil millones de pesos destinados a las inversiones correspondientes al año 2010 del actual plan trienal (2008-2010), los cuales podrían ser redestinados al fondo de reconstrucción en función del "esfuerzo de austeridad fiscal y de acotar el gasto público" que el gobierno se encuentra llevando a cabo.
Un segundo elemento de riesgo, relacionado con lo anterior, es la austeridad fiscal para años posteriores, pues el trabajo de reconstrucción se extenderá por varios años, demandando un esfuerzo fiscal adicional para, además, cumplir con el programa de gobierno de Sebastián Piñera. En tal sentido, los proyectos de modernización de la gestión que se presentaron por el directorio de EFE a fines de enero podrían sufrir atrasos o, simplemente, ser dejados de lados. Vale recordar que esta propuesta contemplaba la entrega de subsidios a operadores ferroviarios privados, la inversión por parte del Estado en nuevas obras férreas y la administración por parte de EFE.
Es necesario, en todo caso, destacar la celeridad con la que EFE reparará los daños que sufrió, devolviendo una cuota de normalidad a la operación ferroviaria, sería bueno que en zonas como Concepción, donde hay solamente un puente vial habilitado -el Llacolen- el Biotren entre Lomas Coloradas y Concepción sea utilizado de forma más profusa para mejorar la conectividad de la zona, tema al que ha estado avocado durante los últimos días el ministro Felipe Morandé.
Es así como los proyectos que se veían en el horizonte para EFE quedan nuevamente en el limbo y dependiendo de la voluntad del gobierno para gastar o no en la modernización del sistema ferroviario. Al menos yo, soy escéptico y si bien no creo que se cancelen servicios, no veremos cosas nuevas en varios años... el país tiene y tendré otras prioridades por algún tiempo.
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